Algunos frutos carnosos, como el tomate (Solanum lycopersicum), continúan su proceso de maduración tras la cosecha, lo que dificulta su almacenamiento y distribución.
En la Faculdade de Ciências da Universidade de Lisboa, utilizando la edición génica CRISPR-cas9, se desarrollaron mutantes que muestran un retraso en la maduración sin revelar otros cambios fenotípicos que comprometan la calidad y las propiedades nutricionales. Estos mutantes se desarrollaron en los entornos controlados, seguros y confinados de las cámaras walk-in de Aralab.
La investigación continúa para comprender mejor los cambios moleculares y metabólicos que se producen en estas frutas mutadas, con el fin de garantizar que la comercialización de productos editados genéticamente pueda ser una realidad segura y sostenible a corto plazo.