La viticultura depende en gran medida de los fitoquímicos durante cada periodo de cultivo. En línea con los objetivos de sostenibilidad de la UE, pretendemos reducir el uso de pesticidas. Entre las alternativas sostenibles para combatir enfermedades como el mildiu figuran los programas de mejora de los viñedos. Sin embargo, los patógenos evolucionan, dando lugar a cepas resistentes.
Investigadores de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Lisboa han identificado genes clave que influyen en esta interacción. En particular, las proteasas desempeñan un papel fundamental en el reconocimiento de patógenos, desencadenando la respuesta de defensa de la vid. Las cámaras FitoClima de Aralab proporcionan entornos controlados para las infecciones de la vid y el mantenimiento de plantas modelo para validar estas funciones génicas.
Reconocer y validar los genes ligados a la resistencia es vital para los programas de mejora y la creación de posibles compuestos de biocontrol. Además, allana el camino para que las estrategias de edición genética refuercen la protección de los cultivos.